Esta mañana, sobre las nueve estaba "empoltronado" en la cama de mi esposa y ama, hallabame tan feliz que ni la radio que con ella duermo funcionaba, ni siseo, ni bisbiseo alguno parecía mi oído percibir en tan absoluto silencio.__Estoy muerto pensé, raudo abrí los ojos y la fuerte luz de la mañana, lleno mis pupilas de un cielo azul un tanto quejumbroso.
Mi teléfono había agotado su batería, raudo lo puse en estado de comunicar y oír la cálida voz del maestro Herrera, no tenia señal en Onda Cero.__Cambié de emisora y apareció la dulce voz de una fémina que hablaba de un mundo de colores, en especial tocaba el "azul", era tan bonito que me enganché al programa.
Una emisora de la bella ciudad de la ambrosía, como la describió el Obispo Bricio, cuando por allí pasose con su séquito, me lleno los sentidos de colores y olores y la hermosa Placencia y sus cantarinas aguas del Jerte, parecieron despertarme dejando caer el agua en mi rostro.__El agua también era azul.
Una voz de baritono bien timbrada, con un acento rico en matices, del buen saber decir de la gente de mi tierra, me quedo totalmente prendado de aquella pequeña historia.
__¿De que color son las montañas, abuelo?
__Azules como todo lo que nos rodea, vivimos en el planeta azul, si nos alejamos, mucho, mucho en el espacio y miramos hacia nuestro planeta, todo lo vemos azul.
__Abuelo, yo la montañas las pinto de color marrón.__¿Por que dices que son azules?
__Si miras a lo lejos, mucho mas.__¿De que color son las montañas?
__Es verdad son azules.__¿Por que abuelo?
__Porque la naturaleza ha querido, que el azul que es un color infinito, predomine por encima de todas las cosas, el blues, la música que hacen los afro-americanos también es azul, el azul es frió, es dolor, recogimiento, sentimientos, la luz cuando brilla tiene tonos azulados, los diamantes con sus destellos, el infinito siempre es azul, como el mar, como mi amor por ti pequeña.
Rafael
Posdata; cuando tenga a mi nieta sentada en mis rodillas abriré de nuevo este archivo y publicaré una fotografía, es así como mis sueños y mis dulces despertares, colmaran de felicidad, la suya y la mía.
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