"El campo santo al fondo el silo o granero"
En tiempos de la reconquista, la de Franco claro por remitirnos a tiempos pretéritos pero cercanos en la historia, al terminar la guerra civil española se crearon las famosas cartillas de racionamiento para llevar los alimentos a toda la población, evitando en menor grado la especulación y el mercado negro, para que esto fuese así se construyeron enormes edificios de unos treinta metros de altura muy característicos en todo el territorio nacional, al menos en aquellos donde la recogida de grano era controlada por ser mas proclives a la escasez y la pobreza.
Cuando llego a su altura siempre pienso en cuantas historias albergan sus paredes, esto nos pasa a los soñadores, giro a la derecha y veo al fondo la torre de la antigua almazara. La chimenea se yergue sublime en el horizonte, ha dejado de funcionar hace muchos años, nuevas tecnologías han ocupado su lugar, pero ella altiva y orgullosa guarda en su cúspide un gigantesco nido de cigüeñas que la preserva de la voracidad destructiva del ser humano.
Sigo adelante paso por la puerta de la almazara, una gran verja y enormes piedras cónicas de granito para moler la aceituna, dan testimonio de lo que fue este antiguo lugar, posiblemente futuras viviendas preñadas de angostos pasillos y nidos habitacionales crecerán como setas en un tiempo futuro, aquí poseo un pequeño local donde guardo mis enseres y paso las horas entre el bricolaje, mi perro y la radio, también poseía un gatito que lo tuve que dar a una amiga por mis problemas con la alergia.
A partir de aquí ya enfilo la angosta carretera que me lleva por un lado a la antigua calzada romana y por el otro a "La madre del agua", no se cual es su origen pero hasta aquí quería llegar y saber que dio lugar a tan hermosos nombre, este montículo no es otra cosa que un antiguo deposito de agua con el que se suministraba y suministra el agua a la milenaria ciudad de Coria o Cauria como era conocida en tiempos de la dominación romana
Lo que me ha traído hasta aquí comienza en otro lugar, en el largo peregrinar de todas las personas que cada día hacen esta ruta, casi todos somos mayores, al menos mas que yo, la hice muchas veces con mi madre hasta su muerte, es el camino a la eternidad porque en esta ruta y en este mismo lugar se encuentra el "Campo Santo", entre la serenidad del olivar, el convento de San Francisco, las tres cruces, la almazara, el granero y la madre del agua, producen la magnificencia de una simbología sin igual.
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